SEMANA 7 DE 8

La semana pasada ha sido tan sorprendente como trepidante. Volví a sentir que había dado otro paso más en la mejora de mi estado de forma, vamos a ver como fue:

Lunes, 10 de julio: 10 kms en 56:37 a 5:39 por km, que supone marca personal en León de 10 kms este año. Fui casi a tope, como si compitiera.

Miércoles, 12 de julio: 7.1 kms en 37:42 a 5:18 por km. En este tramo volé, fui con Virgilio, el padre de mi amiga Erika y claro me pique y le fui dando caña y el siguiéndome a dos o tres metros de mi, pero sin lograr descolgarle, que tampoco es que me fuera la vida en ello pero se junto la buena compañía con buenas piernas. Sin embargo aguantó muy bien, esta flaco, en forma y hace cada día 12 o 13 kms y acabamos este tramo a la par.

Miércoles, 12 de julio: 7.5 kms en 45:06 a 6 por km. En este tramo, tras un par de minutos de descanso del tramo anterior, tocaba regresar al punto de partida (zona de los chalets pegados al carril bici, muy cerca de la Candamia) y aunque al principio mantuve un ritmo alegre y volví en algún momento a llevar a Virgilio a 2 o 3 metros de mi, solo aguanté ese ritmo (ya bastante inferior que el anterior, rondando los 5:55 durante 5 kms) hasta que pete ligeramente y Virgilio algo aburrido de mi pobre ritmo, decidió dejarme atrás y correr con mas alegría. Yo baje aún más y cubrí los 2.5 kms que quedaban a 6:15, ni tan mal para ir petadillo y haberme metido ni más ni menos que cerca de 15 kms, mucho para aún estar intentando despegar. Así que fue un entrenamiento muy exigente y largo, el más largo de cuantos he realizado este 2017.

Viernes, 14 de julio: 9.54 kms en 1h:03:01 a 6:36 por km. Volví a correr con Virgilio pero esta vez más tranquilo y aun así por momentos tuve la sensación de ir algo más rápido, más forzado. Fuimos todo el rato juntos, esta vez no me dio por darle caña y tratar de sacarle de rueda, no había fuerzas para eso... De hecho de haber hecho sólo este rodaje habría ido a 7 por km, para recuperar bien de cara a la carrera que tenía el domingo.

Domingo, 16 de julio: Competición de 7.36 kms en 43:08 a 5:51 por km. Aquí le di mucha caña, pero de forma muy bien dosificada, empezando tranquilo y poco a poco a lo largo de la carrera ir aumentando ritmo, pero sin dejarme nunca los higadillos, que sintiera cierta comodidad dentro del propio esfuerzo y así fue. Bastante había hecho ya en la semana en ritmos y kilometraje y esto debía ser una fiesta, una cosa más relajada y así fue. Correr sin presión es lo mejor. Toco subir 2 cuestas buenas, otra menos fuerte pero larga, cruzar dos veces un riachuelo, ir dando saltos entre grandes piedras que había por algún pequeño tramo del camino pero con cuidado para no dejarse el tobillo, un poco de todo. Seguramente esta carrera en llano y asfalto la habría sacado por lo menos en esos 5:18 que hice el miércoles.

Record semanal de kms en este 2017 con 41.5 kms. También record de velocidad con esos 5:18 para 7 kms, que ya hice en Javea pero era a nivel del mar. Ahora a 800 metros de altitud los he vuelto a sacar. No son los 5 que esperaba conseguir para dentro de una semana, pero lo importante es ir mejorando, no lo rápido que se mejora. La práctica muestra que hay que tener paciencia y la tengo pese a que mis objetivos estén siempre demasiado fuera de cobertura y es que no son objetivos para cumplirlos, son para mantenerme motivado. No forzaré por cumplirlos, llegaré a ellos cuando el cuerpo esté preparado para ello, no antes. De momento vamos avanzando y eso está bien.

Esta semana toca descansar, menos kms e intensidad para volver a coger con ganas la próxima del 24 al 30 de julio y acabar así muy bien este gran mes, el mes de la confirmación del despegue. La rodilla cada vez está mejor, de otra manera no habría podido ni meter estas intensidades, ni tanto día de entrenamiento, ni tanto kilómetro. En realidad podría decir que ya está bien, porque solo me molesta de vez en cuando y nunca corriendo, así que luz verde para seguir buscando los 5 min por km.