Hay
gente brillante, desde mi punto de vista, que consigue las cosas a la primera,
otros necesitan como Thomas Edison, también brillante, más de 1000 ó 10000
intentos antes de dar con la lámpara incandescendente, con la luz, antes de
brillar, antes de iluminar. Hay pintores que dejan en el olvido sus bocetos,
poetas que no dan con la rima adecuada, cantantes que tachan y tachan antes de
conseguir esa canción que llega a todo el mundo y deportistas que buscan aquí y
allá la mejor forma de entrenar para alcanzar su mejor rendimiento.
Yo
también busco la mejor forma de llegar a donde quiero llegar y curiosamente no
se a donde llegaré, pero si se al menos a donde quiero llegar, ese sub 40 me
gusta y yo le gusto, me llama y de momento no le estoy haciendo demasiado caso,
pero es tan solo cuestión de tiempo que nos encontremos.
Este
plan del águila pese al nombre rimbombante y su simbología, hace aguas por
todas partes, es un boceto que quedará como tantos otros intentos en el olvido,
pero que sirvió como un escalón más, como un eslabón más de la cadena que voy
creando en busca de mi humilde y particular éxito. Cuando ya nadie compra mis
ideas, cuando muchos me han dado ya por perdido, aquí sigo yo tejiendo mis
sueños, buscando el camino para llegar a ellos, probando y fallando, fallando
para volver a probar y fallando para fallar una vez más pero sin dejar de
volver a probar. El camino tan fallido que llevo también es bonito y valioso y
enseña que no todo en la vida es una línea recta, que las curvas son aprendizaje
y que en la prueba, en el ensayo y en el error se encuentra también el
disfrute.
Miro
atrás en este fallido plan de 15 semanas y me voy al inicio, día 1, 28 de
enero, pesaba 92.9 kilos ese día, ahora estoy en 91.5, que miseria, no se puede
perder tan poco en casi dos meses, que miseria…así que decido tirar a la basura
este plan, quizá un día lo rescate y volvamos a encontrarnos para otros
objetivos.
Ahora
me doy 15 semanas. Este nuevo plan va a tener también 15 semanas y el objetivo
será perder cada semana 1.5 kilos, también a lo largo de este plan indicaré lo
que considero que valgo cada semana y lo que de acuerdo al peso que vaya
perdiendo cada semana, podría valer el próximo 8 de julio, que es cuando
termina el plan. El 8 de julio debería pesar 68.3 kilos. Con ese peso debería
ser capaz de hacer los 10 kms en 36 y pico, claro que para ello igual
necesitaría algunas semanas más trabajando series y quién sabe si cuestas, ya
lo veremos, pero lo que sí que debería ser capaz con ese peso es de bajar de 40
minutos.
A
este plan lo llamaré operación bikini y estará más basado en perder peso que en
el propio entrenamiento, que existirá pero dependerá de cómo vaya perdiendo
peso, cuanto más peso pierda más vivos serán mis ritmos, más kms saldrán por
semana, podré en un momento dado hacer series, ya iremos viendo, como siempre.
Voy
a dividir el plan en 3 fases:
Fase
1: acondicionamiento: ir acostumbrando al cuerpo a correr sin importar ritmos.
Fase
2: carga: Empezaré a darle importancia a los kms semanales y a las sesiones
semanales.
Fase
3: específico: Si el cuerpo me deja y me apetece, empezaré a realizar series,
quizá a mi manera y cambios de ritmo.
La
cuarta fase formará parte de otro plan y será la fase de competición que
comienza el 3 de agosto y donde espero, dentro de mi categoría, pasar de la
última posición, que actualmente ocupo en La Copa, a auparme a la tercera, que es
correr mucho. Está claro que no tengo ni idea de lo que seré capaz de correr
con 68 kilos y si me dará para llegar a esa tercera posición o quedaré lejos,
pero oye, que soñar es gratis¡¡¡¡¡¡ y aunque mis sueños siempre se fueron al
garete, es bonito soñar…
Cada
fase durará 5 semanas, la cuarta 3 meses.
El
lunes, 25 de marzo, comienza la fiesta, espero no irme a la deriva como el plan
del águila y llegar a buen puerto, con un cuerpazo fino filipino para ese 8 de
julio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario