Este finde pasado fui a una casa
rural con mis estimados Bea, Alberto, Oscar, Sara e Ismael y por
supuesto mi queridísisisisisisisisisisisisisissisisima Blanca.
Como era lógico de esta
combinación solo podían salir excesos, sanos, pero excesos, así que volví a mis
habituales leches con chocolate en polvo, bizcochos que encima había tres para
elegir de chocolate que hice yo, de naranja que nos hizo la generosísima y
queridisísisisisima Bea que además es una gran cocinera y una tarta de Santiago,
de esas de almendra que nos hizo la madre del generosisisisisimo y queridisísimo
Oscar, grande donde los haya; a ver si Dios le premia algún día con una gran
mujer, que se la merece y bien. Evidentemente mi bizcocho era el peor porque no
lo hice adecuadamente y las mas ricas eran las de Oscar y Bea. Al Rey lo que es
del Rey o como se diga. Como complemento había nocilla (que me compro mi
siempre querida mujer, que conoce mis debilidades), donuts normales, donuts de
chocolate fondant, pan, palmera de chocolate, otras palmeras de chocolate mas
pequeñas, 2 barras de chocolate de las largas y ya.
Luego en la sección de lo salado teníamos
dos empanadas una vegetariana y otra de bonito con tomate, pan de hamburguesas
que yo aproveche el pan que me correspondía para meterle nocilla, había también
pan de pueblo, hamburguesas, filetes de cerdo adobado, 4 pizzas, en fin... que había
de todo pero yo casi me centre en lo dulce. Cuando el gran Oscar vio como
desayune el primer día, se dio cuenta que lo mío no era un personaje, para bien
o para mal soy así, un zampachocolate pero es que tengo el azúcar bajo, que le
vamos a hacer. En las distancias cortas es donde se conoce bien a la gente y ya
nos conocemos todos bien con nuestros defectos y virtudes. Estos días de
convivencia han acabado de unirnos a todos, forjando grandes amistades, grandes
lazos de unión, en plan gran familia, snifff....(lagrimilla).
El resultado de esto fue que
llegue allí el viernes con 89.7 y ayer lunes di 90.9 kg que no es mucho
pero hay que tener en cuenta que me pese el viernes cuando llevaba 3 días sin
ir al baño así que el dato es algo engañoso. Fui ya por fin durante el fin de
semana bastante bien al baño con excesos y todo y quedaba de esta forma
arreglada mi gastroenteritis.
Así fue el pasado fin de semana
rural:
El viernes a las 5:30 de la tarde
salimos Blanca y yo en el coche de Alberto y Bea y lógicamente con ellos rumbo
a la casa rural que teníamos reservada y que estaba situada a 2.5 kms de Cangas
de Onis. A la misma hora salía desde el mismo lugar, desde casa de Alberto y
Bea, otro coche con 3 integrantes ( Sara, Oscar e Ismael). Ellos llegarían
como 30 minutos antes al destino, a la casa rural y es que nosotros, además de
coger otro camino, nos perdimos por intentar coger un camino nuevo, de esos que
el gps no reconoce y que encima si lo reconoce te invita a ir por sitios que están
cortados, pero al menos acabamos llegando a donde había que ir. A eso de las
8:30 de la tarde, tras pasar por el Alimerka de Cangas para comprar hielos y 7
palmeras de chocolate (6 pequeñas y una grande) llegamos a la casa rural que
tenia un hórreo y todo, muy bonita, con 4 habitaciones, 3 baños, salón, cuarto
de estar, comedor y cocina y por supuesto su rica chimenea y leña para dar y
regalar.
Tras dejar las cosas nos pusimos
a preparar la cena que consistía en empanadas ya preparadas, embutido, queso,
pizza y poco más. Comí empanada y además aderecé mi chocolate con leche, con
palmera de chocolate y donut fondant. Tras la tertulia post-cena jugamos al Party
que combina varios juegos en uno y es bastante entretenido y divertido. Gano la
pareja Alberto-Ismael, yo que soy muy competitivo iba con Sara y me cabree y
deje de jugar poco antes de que la pareja ganadora se hiciera con el triunfo
por una situación que vi algo injusta, pero al fin y al cabo son chorradas y
hay que saber perder. A eso de las 2:30 de la mañana, coincidiendo con el final
del juego, mi mujer y yo nos fuimos a la cama, Bea y Alberto también se fueron
y quedaron de charla el resto hasta las 4 de la mañana. Se comenzaba a gestar
el putearme con los donuts fondant y con mi comida variada y rica, ya que esa
noche Sara e Ismael me escondieron los donuts fondant, aunque por suerte la
lista de mi mujer los encontró por la mañana en el horno y por la tarde en un
paragüero, la verdad es que no paraban de boicotearme, uno que estaba relajado.
Al día siguiente nos levantamos a
las 10:30 de la mañana y tras despertar a todos desayunamos y ahí me di cuenta
que Sara que se me había sentado al lado comiéndose un donut fondant
descojonada, me había escondido los donuts fondant que rápidamente como dije,
mi mujer encontró, pero tampoco los había echado de menos ya que estaba
entretenido con los bizcochos, los donuts normales y la nocilla con la que embadurné
a los donuts normales y los convertí en donuts de chocolate. Me puse hasta
arriba de glucosa y es que estoy bajo de azúcar y el cuerpo es lo que me pide
porque tengo un metabolismo acelerado. Otra gran aficionada a los donuts
fondant era la grandísima Bea que ideo conmigo, la noche del viernes,
esconderlos o guardarlos en un sitio para que nos duraran mas, que se ve que
Sara encontró rápidamente.
Tras este desayuno cargado de calorías
tocaba quemarlas y decidimos hacer una ruta a pie cerca de la casa que consistía
en llegar a la Hoya
de San Vicente por la ribera del río Dobra así que de deporte también hubo
algo.
Llevaba como sabéis varios días
sin darle ni siquiera a la caminata y con el desayuno que me metí el sábado por
la mañana andaba revolucionado y cargado, muy cargado de glucosa. Por suerte
pude liberar algo ya que en la mañana del sábado hicimos como digo una excusión
de esas de caminata en este caso de 6 kms (3 ida y 3 vuelta) por la ribera del Río
Dobra, cerca de Caño, por la zona de Cangas de Onis que es, como ya he dicho, donde
teníamos la casa rural, sacándonos alguna foto sobre el magnifico puente
medieval que había sobre este río y que encontramos al inicio de nuestra
caminata. De camino al lugar de inicio de la ruta me puse a hacer unos sprints más
o menos sostenidos de unos 200 o 300 metros ante los ojos de mis amiguetes y
amiguetas que ya saben que soy culo inquieto o un plasta según se mire. Ellos
iban caminando tan panchos y yo con mis sprints. Para mi sorpresa el tendón aguanto
bien aunque se iría cargando poco a poco hasta que por la noche estaba
reventado. Solo hice como tres sprints de esos, pero vinieron muy bien.
Después accedimos por fin a la
ruta que consistía en ir bordeando el río durante 2.5 kms en grupo y con mucho
cuidado ya que aunque al principio el camino era llano y sencillo, luego se fue
complicando y acabamos caminando por piedras-rocas más o menos estables y en algún
caso resbaladizas y algunas con muchas aristas. Al principio fui tranquilito
con el resto pero luego que entre en calor y vi un poco de que iba el tema me
dio por ponerme a hacer el indio y correr entre las rocas para hacerme el guay
y porque me apetecía (no olvidemos que iba sobrado de glucosa y había que
gastar algo) así que me jugué el tipo con gran dosis de inconsciencia corriendo
entre rocas que podían hacerme resbalar e ir al suelo o al río con el
consiguiente golpe fuerte, rotura, torcedura de tobillo o lo que fuera, no
obstante tampoco iba a tope, iba mirando y trataba de pisar donde había que
pisar pero estaba claro que en mis maniobras algo de riesgo había porque iba
corriendo y sin conocer el terreno ni ser un hombre de trail, pero tuve suerte
y esta vez no tocaba caer al suelo o mas bien caer entre rocas, algunas como
digo con afiladas aristas y así fui avanzando corriendo hasta llegar a la Hoya de San Vicente, que por
su disposición geográfica el agua del río queda por momentos atrapada allí
aunque no estancada porque sigue fluyendo y forma una especie de gran piscina
circular u hoya.
Quise llegar a una especie de
playita de piedras para acceder a la hoya y la maniobra era arriesgada porque había
que apoyarse en unas piedras grandes pero inestables y si te fallaban, el pie
entero se iba al agua. No era ni mucho menos profunda el agua en ese acceso
pero si lo suficiente para que se hundiera el pie entero, por suerte sortee
bien las dificultades y llegue muy bien a la playita y a la hoya. Allí en esa
playita me quede sentado esperando al resto de amigos, vi que tardaban un poco
y decidí volver a su encuentro por si habían tomado otro camino o creían que yo
me había perdido o se habían regresado, el caso es que lo mejor era volver, así
que así lo hice y con algo de dificultad pero de nuevo con acierto atravesé el
acceso complicado y justo nada mas hacerlo vi a los amigos llegando allí, así
que tachin, tachin que volví a cruzar la zona pero esta vez ya no tuve suerte
porque lo quise hacer rápido por lo confiado que andaba y cayo mi pie entero al
agua, zapatilla entera bajo el agua, así que ya me daba igual, cruce cayo el
otro pie entero y decidí quitarme las zapatillas caladas y los calcetines
calados y meterme directamente en la hoya hasta las rodillas, el agua estaba
algo fría pero riquísima, para darse un baño. De hecho me dio la tentación de
darme un baño y me quite el forro que llevaba y la camiseta y cuando me disponía
a quitarme el pantalón del chandal para bañarme mi mujer dijo que nanai al ver
mis claras intenciones y como niño chico le hice caso resistiendo la tentación
de bañarme allí pero habría sido una autentica gozada, porque el agua estaba buenísima;
es cierto que luego igual me habría cogido un buen resfriado porque aunque no
hacia mucho frío, tendríamos unos 12 o 13 grados, no había nada de sol y el sol
seca y cura todo. Todo esto lo contemplaron mis amigos desde el otro lado a
unos 40 metros
de donde estaba yo. El aventurero de Oscar intento acceder donde estaba yo pero
como es cauto y listo observo que las probabilidades de mojarse los pies eran
altas y desistió, una pena, pero bueno.
En vez de pescar un resfriado
pesque una trucha de gran tamaño, en las fotos se aprecia mi búsqueda de la
trucha y la trucha ya en mi mano como gran botín, que hacha soy, que
pescadorazo soy...
Tras este paseíto mi querida
Blanca, Oscar, Alberto (que hizo de chofer, mas majo el tío) y yo fuimos a
secarnos y cambiarnos el calzado y los calcetines. Ismael tuvo el gran detalle
de dejarme zapas porque no llevaba de repuesto, si es que aquí hay solo gente
generosa, buena gente. Ya bien secos de pies fuimos a comer donde estaba el resto
en un restaurante muy bueno, muy rico, muy sencillo con un comedor solo para
nosotros y con el camarero muy correcto y atento. Cayeron unas riquísimas
fabes, croquetas de queso Cabrales y jamón, cabrito con patatas fritas y
postres y por supuesto unos 8
litros de sidra. Tras la comida me fui conduciendo yo
que no había bebido nada a la casa, que como dije estaba a 500 metros y fui con
Oscar, Sara e Ismael. El resto fue en el otro coche a hacer turismo a Cangas.
El motivo de que no fuera de primeras con ellos fue porque tenia que ir al baño
y de paso proteger mis intereses en este caso la nocilla que peligraba hasta el
punto que tuve que arrebatársela a una cebra que andaba por allí con mucha
sidra encima, así que en su estado no fue difícil abatirla a garrotazos, hay
foto en la que poso con mi trofeo de caza al estilo el Rey, pero es mejor no
publicarla para evitar herir sensibilidades, no vaya a ser que la cebra
resucite y diga jooooooooo. La cebra quedo allí como entre dormida y
alcoholizada y yo me fui con mi estimadísimo Oscar a unirme con el grupo turístico
de Cangas. Por Cangas estuvimos dando unas vueltas, visitando tiendas curiosas
llenas de quesos varios, tabletas de chocolate de mil sabores, sidras,
embutidos, sobados, anchoas, mermeladas y otras grandes exquisiteces. Luego
volvimos a casa y toco dormir para en la noche estar bien frescos.
En la noche que comenzó a eso de
las 9:45 estuvieron haciendo hamburguesas acompañadas con su queso, su pan,
lechuga y tomate, también había chorizo, queso, empanada pero yo como bicho
raro que soy me di al chocolate con leche y a las exquisitas tartas y bizcochos
del grandísimo y queridísimo Oscar y de la grandísima y queridísima Bea, dos
personas grandes, entrañables y excelentísimas donde las haya que supieron
surtirnos adecuadamente con esas exquisiteces, además comí mis donuts y alguna
palmera de chocolate. Entre preparativo y preparativo de la cena estuve viendo
con Oscar, Alberto e Ismael el último superviviente donde se narraban 3
historias de gente que sobrevivió a estar varios días en el desierto sin agua,
ni comida. Uno de ellos era un italiano que participaba en la Maratón de Las Sables
cuando se perdió. Ismael mientras que era el jefazo de la chimenea, también
puso en marcha la chimenea que no era fácil porque había que encontrar el equilibrio
del aire que le entraba al fuego con unos tiradores que tenia la chimenea, era
una chimenea de estas cerradas, muy profesional, aunque en una ocasión entro
todo el humo en la casa y hubo que abrir ventanas pero es lógico porque era
complicado controlar bien todo aquello y solo paso una vez. De madera estábamos
bien servidos.
Tras esta riquísima cena
estuvimos charlando y aplicándonos en diversos juegos promovidos por Ismael que
invitaban un poco a beber, pero solo un poco, nadie acabo perjudicado pero las
risas no faltaron. Luego por iniciativa de Alberto jugamos a la gallina ciega y
he de reconocer que se me daba fatal, pringue más de una vez. Con tanto ajetreo
acabamos con un calor importante, puro deporte fue esto, por eso lo cuento todo
esto por aquí y porque me apetece, que caray¡¡¡. Luego a nuestra queridísima
Sara le dio por hacer Break Dance que se le da bastante mal todo hay que
decirlo pero le pone empeño y de ahí se me ocurrió a mala hora competir con
ella haciendo una especie de carrera de lagartijas. Consistía en desplazarnos
con movimientos medio ondulantes, como nadando a mariposa pero en el suelo, estando
tumbados y yendo de un extremo a otro de la habitación que era larguita, tendría
10 metros.
Le gane siempre, fundamentalmente porque le pongo mucho empeño a la competición
aunque consista en esta chorrada. Como la cosa estaba muy decantada a mi favor
en la ultima carrera en plena marcha me agarraron de una pierna y eso me
complico el avance mientras mas o menos rauda y mas o menos veloz Sara iba
hacia la meta que era la pared del extremo opuesto de la habitación pero pude
cogerle de un pie y así impedí su avance, mientras lograba zafarme de mis
queridos amigos y amigas que no me dejaban avanzar, así que en un momento dado
me puse de pie y cuando estaba a punto Sara de tocar la pared me lance al
suelo, me deslice sobre el y por los pelos volví a tocar la pared antes que
Sara que siempre estuvo en el suelo intentando llegar a tocar esa pared. Hice
un poco de trampa hay que reconocerlo pero había que compensar los obstáculos
que me pusieron mis queridos compañeros para evitar mi triunfo de nuevo. Eran
todos contra mi (menos mi queridísisisisisisisisisisisisisisisisisisima mujer
claro) hasta la que filmaba el evento, dejo de filmar para
ayudar a Sara, pero al final me impuse yo con esa rapidez de reflejos, ese
lanzarme al suelo y ese rápido desplazamiento una vez en el suelo hasta tocar
la pared. Yo llevaba rodilleras en plan toallas y trapos en las rodillas, pero
me fallo la de la rodilla izquierda y me hice la herida que se ve en la foto
que muestro, así que otra herida mas, otro accidente para este año 2013 que ha
tenido unos cuantos y se esta en ese sentido haciendo ya un poco largo. La
culpa la tiene el tuerto de León que cada vez que se acerca me mira, a ver si
logro mantenerme lejos de el. Me la jugué en la mañana con mi carrerita entre
rocas y se ve que como no me caí tenia que seguirlo intentando hasta que lo
conseguí...que cafre soy....que asco....
Tras ducharme y curar mi herida a
eso de las 3 de la mañana, cuando mi mujer se fue a dormir al igual que Bea y
Alberto quedamos despiertos Oscar, Ismael, Sara y el que cuenta todo
esto. Me las prometía felices para tomarme a esas horas en vez de un wiskazo
que es lo típico o cerveza o similar yo opte por mi colacao con pepitas de
chocolate con leche y algo de nocilla con bizcocho pero mi gozo se fue al
carajo ya que se pusieron los 4 fantásticos de acuerdo para esconderme no solo
el chocolate con pepitas de chocolate para meter directamente en la leche, sino
también la nocilla y unos donuts de chocolate fondant que había por allí. Me
dejaron a la vista, imagino que para evitar que me pusiera muy agresivo, una
tableta de chocolate pero justo eso no me apetecía. El caso es que me puse a
buscar todo aquello por la cocina que era por donde podía estar y por el salón
sin ningún éxito, así que arrastre en plan cavernícola a Sara por el salón y la
cocina para sacarle la información pero sin éxito porque encima le divertía, así
que imaginaros la confesión que podía sacar de ella y pase de arrastrar a Oscar y a Ismael,
porque pesan mucho y están fuertes, en todo caso me podían arrastrar ellos a mi,
había que evitar darles ideas para no acabar apaleado, bastante tenia con no
tener acceso a mis exquisitos manjares como para encima acabar apaleado.
Total que me tranquilice y me
puse a fregar todo lo de la cena y al final se acerco Sara para ofrecerme
chocolate en polvo que no es lo mismo que el colacao con pepitas de chocolate y
que encima estaba a la vista, para eso me lo pongo yo pero no es lo mismo. Se
ve que a pesar de todo demasiada pena tampoco le daba o me habría dicho donde
estaba lo que buscaba, era una forma de quedar bien o limpiar algo su cochina
conciencia a pesar de estar quedando fatal, pero yo esas cosas las pillo al
vuelo y rechace esa cutre oferta. Enseguida se fueron a la cama ella y Oscar
(que no le sacas un secreto ni a patadas, sea absurdo como este caso o no
absurdo, como buen gallego es un hombre con sus principios y su honor, incapaz
de traicionar a nadie desvelando cualquier secreto, un gran tipo, si señor¡¡¡)
y me quede al calor de la rica chimenea con Ismael y Sara de agradable
conversación. Les comente entre otras cosas que igual no podía correr la maratón
de Sevilla porque en ese momento sentía el tendón molestándome muchísimo y es
que le había dado bastante tralla ese día e Ismael que es un experto deportista
constato que tenia la zona del tendón hinchada. Ahora por suerte no me molesta
mucho, se ve que la mente esta pendiente de mi herida y deja mas tranquila la
molestia del tendón. De aquí a Sevilla tendré como es lógico altos y bajos,
dudas constantes, unos días sentiré que podré completar la maratón y otros
pensare que no es el momento y que otras maratones llegaran en un momento más
factible, supongo que es lógico y más cuando hay pequeños problemas físicos
nuevos para mi. Hoy por hoy si me preguntas te diré que completare la maratón.
Mañana ya veremos.
Estando en esa noche ya muy
entrada del sábado al domingo sentados placidamente frente a la chimenea
Ismael, Sara y yo, de pronto Sara se pone a mirar fijamente una zona alta del salón,
yo creía que era el mueble del salón pero encima es que la tía a pesar de que
me había dado cuenta que miraba algo seguía mirando así que supe que miraba la lámpara
cruzada del salón y allí encima estaba muy bien escondido el colacao con las
pepitas de chocolate, ya no era momento de tomarlo, pues eran las 5:30 de la
mañana, el momento había pasado pero al fin supe donde estaba gracias a la
inocencia de Sara y es que los borrachitos siempre dicen las verdades y Sara a
esas horas andaba ya algo perjudicada, aunque en su justa medida, manteniendo
muy bien las formas.
Al día siguiente Sara antes de
desayunar y estando yo por allí ya presente y contarles al resto como se las
gastaban los 3, se vio intimidada, acorralada y sin el apoyo de sus 2
compinches que en esos momentos aun dormían placidamente abandonando a su
suerte a Sara que tuvo que confesar donde estaba todo lo demás ante la presión
de Bea, Alberto y mi queridísima Blanca que al haberse ido ellos a la cama
antes la noche anterior, a las 11 de la mañana ya estaban despiertos, puestos y
listos para el desayuno dominguero.
Resulta que Sara confeso que estaban
todas mis chuches en el rellano de la ventana por fuera, como para encontrarlo,
ni siquiera estaba dentro de la casa. Estaba claro que fue un buen escondite. Esta
claro que Sara no es como Oscar, por suerte, menos mal..., Oscar ni acorralado,
ni con la peor de las torturas habría confesado, su excesivo honor y compromiso
con eso de guardar secretos se lo habrían impedido, pero Oscar dormía....jejejeje. Sara no dormía, confesaba, su conciencia intranquila por habérmela jugado le había
impedido dormir tanto y bien como al resto y sobretodo la presión del resto, de
los que allí estábamos era dura para ella. Así que en el desayuno me desquite,
fue un desayuno muy completo y de nuevo bien cargado de calorías.
Luego estuvimos viendo la tele en
el cuarto de estar de arriba, charlando, algunos volvieron a dormir, luego
comimos las sobras de todo el fin de semana y tras esto 4 en un coche y 4 en
otro cada uno a su casa. Blanca y yo volvimos en el coche de Alberto y Bea, gente
muy grande donde los haya (Bea mostraba claros síntomas de haberse resfriado
pese a que no hizo realmente mucho frío y la casa estaba bien acondicionada
pero si que tuvimos cambios de temperatura y eso se ve que le afecto, espero
que se mejore rápido). Me mantuve despierto todo el trayecto de vuelta, que
hicimos ya de noche, pese a que el cuerpo me pedía echar una buena cabezada,
pero había que hacer compañía a Alberto que era el que conducía y darle así
apoyo moral pues no me dejo conducir ya que conduzco lentito y le calo el
coche, pero el apoyo moral ahí estuvo, aunque yo iba atrás pero bueno.
A las 8 de la noche de ese
domingo llegamos a casa, tras un bonito, inolvidable y ajetreado fin de semana.
Quedaron así cerradas las jornadas gastronómicas de este 2013 y se convocaron
ya las siguientes para Sevilla 2014 donde cambia el escenario y en vez de ser
una casa rural será la Maratón
de Sevilla, ahí es nada....donde ira a verme toda esta marea de buena gente,
para darme buena vibra y apoyo. Bueno Ismael se puso un poco exigente y dice que va si hago antes
42:30 en 10 kms a 4:15 por km, ta chungo pero bueno....Si llego en forma allí, habrá
sido gracias a mi queridisisisisisisisisisisisisisisisisisisisisima Blanca que
me lo esconde todo, todo, todo. Mañana empiezo la dieta ya mas en firme, eso creo.