
Siempre se ha dicho que detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer y yo en este caso no soy un gran hombre pero si que tengo detrás a una gran mujer.
Esta entrada va dedicada a ella.
Muchos de vosotros habéis aprovechado vuestros blogs para alabar en algún momento a vuestras parejas y yo no voy a ser menos, más que nada porque se lo merece.
Cuando conocí a mi mujer hace 7 años y pico no estaba metido en esto del correr, tenía mi pasado que me recordaba que en algún momento me dio por correr durante algunos años aunque de forma intermitente, por rachas, pero desde hace 7 años y pico hasta el 2006 como mucho salí a trotar 15 días sin exagerar, que se vio interrumpido por molestias en rodillas, por el exceso de peso, lo cual ya me desanimo. Tras unos años fue de nuevo el exceso de peso lo que me animo a volver a correr cuando estaba a punto de pesar 100 kilos en ese 2006, estaba más gordo que nunca antes en mi vida y había que poner remedio. Poco a poco me pique con el tema y me entere de que por aquí había competiciones, no había acudido a ninguna desde 1987 y decidí estrenarme tras dos meses de entrenamiento, lógicamente llegué el último. En sucesivas carreras seguía llegando el último en ese año 2006.Mi mujer no es muy aficionada a esto, así que un poco le pillo por sorpresa que me diera por correr, supongo que imagino que pronto se me iría la emoción como otras veces me había pasado, pero no fue así. Muchas mujeres en un caso como este o hombres si se trata de mujeres que corren, seguro que habrían ido a una o dos carreras y poco más; sin embargo mi mujer persistentemente en estos casi 3 años que llevo corriendo se ha pegado el madrugón conmigo, lo cual tiene mucho mérito porque es de dormir bien, me ha acompañado a las carreras y ha estado atenta a cuando yo aparecía para animarme y hacerme las fotos de rigor, si había cámara, si no pues con animarme era mas que suficiente. También ha estado pendiente de que no faltara de nada, que si tirita para la nariz, que si toalla para después de la carrera, que si imperdibles, que si camiseta de repuesto, que si clinex, que si esparadrapo, que si mercromina, etc…ahí no queda todo, como en mis inicios tenia yo la costumbre de llegar el último ha sido la que mas paciencia ha tenido que tener para que yo llegara a meta, siempre la ambulancia o el coche escoba anunciaban mi llegada y todavía recuerdo cuando en mi primera media maratón habló con los jueces recordándoles que todavía faltaba por llegar yo a meta, el último, ya que el control se cerraba a las 2h:30 y yo llegue siete minutos mas tarde, lo cual tuvo su efecto porque tuvieron en cuenta mi esfuerzo y me permitieron llegar a meta como otro cualquiera. En esa misma carrera se puso a discutir con una mujer que decía que no tenían que permitir que la gente poco preparada participara en estas carreras, en clara alusión a mi; sin darse cuenta que a quien se lo estaba diciendo era a mi mujer, no ardió Troya pero mi mujer la puso en su sitio. Nunca se ha quejado cuando yo tenia carrera y suponía que ella tuviera que madrugar ese domingo, con lo poco que se que le gusta madrugar, siempre me ha acompañado a todas las carreras, salvo las que le podía decir yo que no hacia falta, porque mi participación iba a ser casi testimonial.
El último gran detalle que ha tenido, es el calendario que me ha regalado, porque sí, en el que cada mes hay una foto mía en alguna de mis carreras. Un regalo realmente original e inesperado y único pues ese calendario no se encuentra en ninguna tienda del mundo, una buena alegría me llevé cuando lo vi. A todo esto hay que añadirle que tiene que aguantarme a mi entre otras cosas cuando le hablo de carreras, marcas, de mejoras, de dolores, de molestias, de días buenos, de días malos, de lo que quiero conseguir y luego nunca consigo y a veces se que le pongo la cabeza como un bombo, pero aguanta perfectísimamente el tirón, su paciencia parece no tener fin.
Por todo esto y porque eres una Santa, grande en la sombra, te doy muchísimas gracias Blanca por ser así y por tener otras tantas características, que te hacen ser mi mujer.
A ti Blanca ha ido dedicada esta entrada.
Muchos de vosotros habéis aprovechado vuestros blogs para alabar en algún momento a vuestras parejas y yo no voy a ser menos, más que nada porque se lo merece.
Cuando conocí a mi mujer hace 7 años y pico no estaba metido en esto del correr, tenía mi pasado que me recordaba que en algún momento me dio por correr durante algunos años aunque de forma intermitente, por rachas, pero desde hace 7 años y pico hasta el 2006 como mucho salí a trotar 15 días sin exagerar, que se vio interrumpido por molestias en rodillas, por el exceso de peso, lo cual ya me desanimo. Tras unos años fue de nuevo el exceso de peso lo que me animo a volver a correr cuando estaba a punto de pesar 100 kilos en ese 2006, estaba más gordo que nunca antes en mi vida y había que poner remedio. Poco a poco me pique con el tema y me entere de que por aquí había competiciones, no había acudido a ninguna desde 1987 y decidí estrenarme tras dos meses de entrenamiento, lógicamente llegué el último. En sucesivas carreras seguía llegando el último en ese año 2006.Mi mujer no es muy aficionada a esto, así que un poco le pillo por sorpresa que me diera por correr, supongo que imagino que pronto se me iría la emoción como otras veces me había pasado, pero no fue así. Muchas mujeres en un caso como este o hombres si se trata de mujeres que corren, seguro que habrían ido a una o dos carreras y poco más; sin embargo mi mujer persistentemente en estos casi 3 años que llevo corriendo se ha pegado el madrugón conmigo, lo cual tiene mucho mérito porque es de dormir bien, me ha acompañado a las carreras y ha estado atenta a cuando yo aparecía para animarme y hacerme las fotos de rigor, si había cámara, si no pues con animarme era mas que suficiente. También ha estado pendiente de que no faltara de nada, que si tirita para la nariz, que si toalla para después de la carrera, que si imperdibles, que si camiseta de repuesto, que si clinex, que si esparadrapo, que si mercromina, etc…ahí no queda todo, como en mis inicios tenia yo la costumbre de llegar el último ha sido la que mas paciencia ha tenido que tener para que yo llegara a meta, siempre la ambulancia o el coche escoba anunciaban mi llegada y todavía recuerdo cuando en mi primera media maratón habló con los jueces recordándoles que todavía faltaba por llegar yo a meta, el último, ya que el control se cerraba a las 2h:30 y yo llegue siete minutos mas tarde, lo cual tuvo su efecto porque tuvieron en cuenta mi esfuerzo y me permitieron llegar a meta como otro cualquiera. En esa misma carrera se puso a discutir con una mujer que decía que no tenían que permitir que la gente poco preparada participara en estas carreras, en clara alusión a mi; sin darse cuenta que a quien se lo estaba diciendo era a mi mujer, no ardió Troya pero mi mujer la puso en su sitio. Nunca se ha quejado cuando yo tenia carrera y suponía que ella tuviera que madrugar ese domingo, con lo poco que se que le gusta madrugar, siempre me ha acompañado a todas las carreras, salvo las que le podía decir yo que no hacia falta, porque mi participación iba a ser casi testimonial.
El último gran detalle que ha tenido, es el calendario que me ha regalado, porque sí, en el que cada mes hay una foto mía en alguna de mis carreras. Un regalo realmente original e inesperado y único pues ese calendario no se encuentra en ninguna tienda del mundo, una buena alegría me llevé cuando lo vi. A todo esto hay que añadirle que tiene que aguantarme a mi entre otras cosas cuando le hablo de carreras, marcas, de mejoras, de dolores, de molestias, de días buenos, de días malos, de lo que quiero conseguir y luego nunca consigo y a veces se que le pongo la cabeza como un bombo, pero aguanta perfectísimamente el tirón, su paciencia parece no tener fin.
Por todo esto y porque eres una Santa, grande en la sombra, te doy muchísimas gracias Blanca por ser así y por tener otras tantas características, que te hacen ser mi mujer.
A ti Blanca ha ido dedicada esta entrada.