Una vez más se acaba
imponiendo mi deseo de mejorar o al menos mi deseo de no irme a pique. Me ha
costado más de un mes encontrar las sensaciones que tenía antes del parón,
sentirme algo rápido, ver que el pie iba bien y adaptarme a este nuevo peso (4
kilos más que antes del parón), pero parece que ya estoy consiguiendo
encontrarme, aunque aún de lejos, con aquellos ritmos.
Miércoles,
9 de mayo: 8.84 kms en 53:19 a 6:01 por km. Tiré algo de
cardio ya que las piernas se van fortaleciendo.
Viernes,
11 de mayo: 8.15 kms en 45:29 a 5:34 por km. Tras mi
regreso me había costado poner el cardio a trabajar a fondo y este día lo pude
hacer, lástima que al final tuve unos pinchazos en el estomago, tipo flato, que
me impidieron completar los 8.84 kms, si no habría bajado ya de 50 minutos.
Mi idea es lograr de
nuevo bajar de 5 min el km, en estos 8.84 kms, en un mes como mucho; para ello
debo completar esta distancia en 44:10. No estoy lejos y lo conseguiré si
pierdo peso. Esto me daría bastante alegría, luego parón de nuevo y ya en
septiembre-octubre me podré plantear nuevas mejoras. Ya que en un mes pararé,
podría parar ya pero me gusta correr y me gusta superarme.
La próxima semana
intentaré sacar 3 días de entrenamiento y aún seguiré abonado a esta distancia,
ya la siguiente espero poder volver a los 11 kms. Vamos progresando poco a poco
y el cuerpo según se vaya adaptando a los esfuerzos irá pidiendo más distancia
y mejores ritmos.
Esto es un milagro, uno
una semana sólo puede ir a 8 el km y la siguiente semana le doy a 5:34 el km. Modificando la alimentación llega el milagro, que increíble…me convierto en
otro hasta en la forma de correr de una semana a otra, increíble.
Esto no es muy usual y es que soy
completamente impredecible…
Me ha costado volver a comer bien pero lo estoy
consiguiendo y eso automáticamente se refleja en mis ritmos y forma de correr.
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