Gestas como las de Kipchoge son las que inspiran,
las que crean nuevos Kipchoges, hasta a mi me sirve de ejemplo e inspiración
para tratar de romper en un futuro cercano mi particular muro, los 40 minutos
en 10 kms, gestas de estas son las que nos mueven al resto, es un gran efecto
llamada, es una gran invitación a que cada quien haga realidad sus sueños por
muy difíciles o imposibles que parezcan. Las sub 2 horas antes de esta gesta
Kipchoguiana, estaban a 2 minutos y 57 segundos y ahora están a solo 25 segundos
(para hacer 2 horas exactas). Un mordisco así y ver ya tan cerca las sub 2
horas provoca que lo que parecía imposible deje de serlo.
Vamos a ver si este gran logro me inspira y
aprovecho para quitarme unos kilos que me permitirán correr más rápido. Kipchoge
inspírame¡¡¡¡¡ y Kipchoge me inspiro...
Vamos a ver que pasó el pasado 6 de mayo, sábado, a
las 5:45 de la mañana en Italia:
El keniano Eliud Kipchoge, de 32
años, campeón olímpico de maratón y ganador de las maratones de Londres
y Berlín originario de la provincia del Valle del Rift,
que en 2003, con sólo 18 años, batió en la final de 5.000 metros de los
Mundiales de París a dos grandes, Hicham El Guerruj y Kenenisa Bekele, demostró
que el muro de las dos horas está a la vuelta de la esquina. Corrió este sábado
en el autódromo de Monza el maratón más rápido de la historia, culminando con
una marca no homologable de 2h00:25 el reto diseñado por Nike para bajar de las
dos horas en la carrera de 42.195 metros. Este tiempo supone más de dos minutos
y medio por debajo del actual récord del mundo que posee su compatriota
Dennis Kimetto desde 2014 con 2 horas, dos minutos y 57 segundos,
logrado en el maratón de Berlín.
Para romperlo, había que recortar 2 minutos y 57
segundos al récord mundial de Kimetto, y para ello Nike se inventó una carrera
de laboratorio con la ayuda liebres rotatorias que entraban por turnos en
carrera, de forma que la marca no podía ser homologada.
Para romper la barrera de las dos
horas en maratón, había que superar en un 2,5 por ciento el récord
mundial de Kimetto (2h02:57), y para ello fueron seleccionados tres
contendientes, el mínimo que exige el reglamento en una carrera: el campeón
olímpico, Eliud Kipchoge, el etíope Lelisa Desisa, dos veces ganador en Boston,
y el eritreo Zersenay Tadese, plusmarquista mundial de medio maratón.
Todo el equipo había desembarcado el 1 de mayo en
Milán y trabajaron a diario en el autódromo de Monza, a cuyo circuito, de 2.405
metros, los tres atletas seleccionados tenían que dar 17,5 vueltas para cubrir
los 42.195 del maratón, ayudados por un grupo permanente de seis liebres. A
partir de la primera vuelta y media, las liebres eran sustituidas de tres en
tres.
La carrera, llamada 'Breaking2' por el gigante
estadounidense de material deportivo, respondió a las enormes expectativas
creadas. Todo estaba preparado en Monza para que el mítico muro de las dos
horas cayera por primera vez en la historia. Con poco más de 11 grados
de temperatura, una humedad del 68 por ciento y un viento casi nulo, las condiciones
eran las adecuadas para el reto.
Se trataba de dar 17,6 vueltas al circuito de 2,4
kilómetros que recorría parte del trazado del autódromo italiano. Los tres
elegidos para la gesta, Kipchoge, Zersenay Tadese y Lelisa
Desisa, debían seguir el infernal ritmo marcado por sus 32
liebres, como el estadounidense Bernard Lagat, de 42 años, o los
africanos Selemon Brega, de 17, Stephen Sambu, Sam Chelanga, Andrew Bumbalough
o Chris Derrick, que se fueron relevando a los largo de la carrera en grupos de
seis atletas. Esa fue una de las claves de esta gran gesta.
Éstos a su vez debían seguir una marca láser que
proyectaba un coche eléctrico Tesla que indicaba el ritmo adecuado para bajar
de las dos horas. Todo muy medido y estudiado. Todo muy Nike.
Junto a los tres protagonistas, dos bicis con
todo lo necesario para su avituallamiento. Geles y líquidos que debían
ingerir en pequeñas dosis pero con notable frecuencia a lo largo de la carrera.
Contraviniendo otra de las reglas de la IAAF, los atletas recibían avituallamiento
líquido desde dos bicis motorizadas que marchaban junto a ellos. Por delante de
todos, el Tesla que abría carrera mantenía constantemente el ritmo para clavar
las dos horas. La consigna, por tanto, era simple: siga a ese coche.
A las 5.45 horas, todavía noche cerrada en Monza,
se dio la salida. Los nueve corredores -seis de ellos en labores de liebre-
emprendieron el reto con 12 grados de temperatura, una humedad del 69 por
ciento y un viento que soplaba del norte a 6 km por hora. En el asfalto, un
rayo láser dibujaba un espacio de seis metros en forma de pirámide truncada, al
que los corredores debían ajustarse, en ritmo y emplazamiento, para que los
tres actores principales aprovecharan los beneficios de una formación en punta
de flecha.
El gigante comercial preparó a Kipchoge,
también a Desisa y Tadese, un recorrido de 17.6 vueltas de 2,4 kilómetros
al autódromo con grupos de tres liebres, que se iban relevando en cada giro
(siempre iban seis pacers en forma de flecha para frenar al viento). Los tres
africanos llevaban un calzado especial (Nike Vaporfly Elite),
unas tiras adhesivas en los tibiales para frenar las
vibraciones y se les daba el avituallamiento de manera muy controlada.
El comienzo no pudo ser más prometedor. Los atletas pasaban los cinco primeros
kilómetros en 14:14, para una marca final de 1h:59:56. Por el décimo km ya
había amanecido y el campeón olímpico, con camiseta roja en contraste con las
blancas de los otros dos, pasó en 28:21 (para un tiempo final estimado de
1h59:35).
42:34 el 15, para un tiempo final estimado de
1h:59:48. Las liebres se relevaban sólo en el espacio reservado para el
intercambio. Ya se estaban dando los tiempos de paso más rápidos nunca vistos
en la historia con diferencia, tanto que a los 51 minutos de carrera, Desisa
acabó diciendo basta y comenzaba a descolgarse poco tiempo después, en el km
18, pues a los 15 kilómetros el etíope ya marchaba con algunos metros de
retraso (43:12 de Wanjiru en Londres era el record del mundo hasta ese momento
en 15 kms) e iban por debajo de las dos horas. Una marca electrónica de luz lo
señalaba. Las liebres seguían la marca del láser sin problemas.
En el 20, poco antes de cumplirse la primera
hora, también se rezagó Tadese, aunque siguieron en carrera, con tres liebres a
su servicio. Por delante, Kipchoge continuaba sin problemas a rebufo de su
guardia pretoriana de seis, sin el menor signo de cansancio en su rostro
relajado.
Por tanto, el siguiente en pagar los platos rotos
fue Tadese. El eritreo, entrenado por el español Jerónimo Bravo y que
es un asiduo de la Casa de Campo madrileña durante sus sesiones de trabajo,
aguantó el ritmo marcado por las liebres hasta el kilómetro 20, que se pasó en
56:49 para un tiempo estimado de 1h:59.53.
En la media sólo quedaba Kipchoge,
con su guarda pretoriana de seis liebres (entre ellas estaba Bernard Lagat).
Pasaron en 59:57. Tadese tiene el récord mundial en 58:23. La carrera se
adentraba en territorio inexplorado a esos ritmos .Perfecto para bajar de dos
horas. Una locura…Los cencerros repartidos por la organización (por algo la
carrera se disputó al pie de los Alpes) tintineaban con fuerza cada vez que los
atletas pasaban por la línea de meta. Y es que Desisa y Tadese siguieron el
liza, arropados siempre por tres liebres, pese a quedarse descolgados del grupo
de cabeza, que obviamente acaparaba el entusiasmo de los presentes.
El kilómetro 25 se pasó en 1h:11:03, 15 segundos
más rápido que la plusmarca mundial oficiosa de esa distancia, para un tiempo
final de 1h:59:56. Sin embargo, lo más impresionante era el gesto
hierático de Kipchoge, que no daba ningún síntoma de flaqueza a estas alturas
de carrera.
Adiós al margen
Adiós al margen
Con todo, el margen de error se esfumó a los 30
kilómetros, que se pasaron en 1h:25:20, para un tiempo estimado de dos horas
exactas. A falta de 10 km, a un ritmo jamás sostenido por nadie antes, Kipchoge
dobló a Desisa, pero comenzó a tener dificultades para seguir a las liebres,
que hubieron de adaptarse a sus fuerzas, abandonando la marca del láser.
Su zancada no tiene fisuras y galopaba con
fuerza, pero la fatiga de la maratón comenzó a hacer ligera mella en el 35 (1h
39:37, a siete segundos del sub-2), el crono final se disparaba hasta las dos
horas y seis segundos. La liebre en punta menudeaba sus miradas hacia atrás
para no alejarse, y el coche cuya posición marcaba imperturbable los límites
del desafío, se alejaba metro a metro. Parecía ya evidente que la gesta
no iba a ser este histórico sábado en Monza.
Kipchoge sufría siguiendo el ritmo brutal. Había
necesitado seis segundos más que en el giro anterior y a falta de una sola
vuelta (2,4 km), el ritmo apuntaba a una marca final de 2h00:19. Pasó por el km
40 en 1h54:04. las liebres ya iban en fila india, debatiéndose entre seguir la
línea roja Sub-2 y esperar a Kipchoge, que pasaba a 18 segundos (1:54.04) del
jaleado Breaking 2. De ahí a la meta, 2.195 metros de agonía, aun cuando
sonreía a menudo, frente a un público que comenzaba a llenar las gradas del
circuito.
Las liebres se retiraron a falta de 300 metros
para ceder todo el protagonismo al gran héroe, que paró el crono de meta en
2h00:25 e inmediatamente pidió perdón por no haber conseguido el reto. Había
corrido la primera mitad en 59:57 y la segunda en 60:28, a un ritmo increíble
de 2:51 el kilómetro. Al final, llegó en 2h 00:25, una exageración para el ser
humano. Viendo la burrada estaban Carl Lewis, Paula Radcliffe, Shalane
Flanagan...
De momento, Kipchoge, que hablaba con la ex
maratoniana Paula Radcliffe poco después de cruzar la línea de meta, ha dejado
la puerta abierta a un nuevo intento aunque sus primeras palabras fueron para
dar las gracias a las liebres que le llevaron en volandas a lo largo de estos
estratosféricos 42 kilómetros y 195 metros.
Finalmente, Tadese concluyó la carrera en
2H06:51, su mejor marca de largo en el maratón, mientras que Desisa,
que arrastró problemas musculares en las últimas semanas, finalizó con
un tiempo de 2h:14:10.
El récord del mundo continúa en
poder del keniano Dennis Kipruto Kimetto, que el 28 de septiembre de 2014
venció en Berlín con un tiempo de 2h02:57, pero Kipchoge, segundo del ránking
oficial de todos los tiempos con 2h03:05, ha rozado en Monza los límites del
ser humano en la carrera más larga del programa olímpico, alimentando el debate
sobre cuánto tiempo habrá de transcurrir para que caiga el muro de las dos
horas.
Eliud Kipchoge está más que
satisfecho con la carrera hecha en Monza pese a quedarse a las puertas de bajar
de las dos horas. Al menos eso decía en la multitudinaria rueda de prensa
posterior a la prueba. El vigente campeón olímpico de maratón admitió que les fue
"imposible mantener el ritmo toda la carrera. Al fin y al cabo no
somos máquinas, soy un ser humano, por muy fuerte que sea mi mente".
Ha sido un maratón diferente
porque uno está acostumbrado a un recorrido largo y no a un circuito tan corto
que se te acaba haciendo monótono"
"Ahora ya sé que estoy a sólo 25 segundos de
bajar de las dos horas pero para ser sinceros, ahora mismo veo imposible que
nadie rompa esa barrera en una maratón oficial", añadió el keniata, que no
obstante abrió una puerta a la hazaña en un futuro cercano: "Nosotros
hemos demostrados con esta carrera que no hay límites para el ser humano. Nada
es imposible por siempre".
"He hecho la mejor carrera de mi
vida aunque las dos últimas vueltas he perdido el ritmo porque iba muy cansado.
Cuando sufro sonrío para convencerme de que estoy feliz pero en realidad el
tramo final se me ha hecho muy duro. Ha sido un maratón diferente porque uno
está acostumbrado a un recorrido largo y no a un circuito tan corto que se te
acaba haciendo monótono", finalizó el keniata.
Tras los Juegos de Río, Kipchoge abandonó
la primera fila competitiva para dedicarse en cuerpo y alma a este proyecto en
el que los científicos de Nike le han asesorado a nivel de
entrenamientos, de tecnología y alimentación para intentar lograr romper la
barrera de las dos horas. Se quedó a 25 segundos, estaría por ver cuanto habría
hecho en una maratón comercial. ¿Habría caído el récord de Kimetto?
El tiempo final no será el nuevo récord del mundo
porque la carrera, siendo completamente legal, no reunía las condiciones para
ello. Falta saber si ha sido un hermoso y efímero sueño de Nike o el comienzo
de un reto que tendrá nuevo capítulos.
El pasado sábado nació para mi una nueva estrella
que será inolvidable, un referente, un fenómeno, un ganador, un luchador, un
crack, un modelo a seguir desde la distancia, un ídolo como lo fue en su día
Carl Lewis, que curiosamente estuvo por allí también pero como maestro de
ceremonias. Ya tengo dos ídolos Carl Lewis en la distancia mas corta, los 100
metros y que me sirvió de inspiración en aquellos años ochenta y ahora en la
distancia mas larga del programa olímpico, descubrí el sábado a un tal Eliud
Kipchoge, que le vi ganar en la maratón Olímpica de Río, pero ahí no
me impresiono, ni me impacto, ni me llamo la atención, solo me pareció un
Keniata mas ganando una maratón. En cambio con esa gran gesta de rozar las 2
horas para mi se ha convertido en un tío a seguir, que quizá lo vuelva a
intentar. Es ya para mi un referente y un ídolo.
Ya tengo pues dos ejemplos que van del pasado al
presente y de los 100 metros a la maratón, no se puede pedir más. Carl Lewis me
movió en los ochenta y me permitió sentirme un corredor rápido, un buen
corredor en aquellos años y ahora espero que esa maratón de Kipchoge me sirva
de motor, de inspiración para buscar en el presente volver a correr rápido y
recordar un poco aquellos años ochenta desde la distancia, desde el presente,
desde los 10 kms donde ando mas o menos enfocado.
Gracias Kipchoge, necesitaba que llegara alguien
como tú para salir de mi zona de estancamiento. Ahora seguiré tus futuros pasos
y gestas que estoy seguro que algo más de magia harás, tienes 32 años, así que
aun nos quedan 3 o 4 años de hacernos disfrutar con tus zancadas tan fáciles de
ver y tan difíciles de seguir.
No las tenía todas conmigo de que se acercaran a
las 2 horas y sin embargo Kipchoge reconozco que me sorprendió gratamente,
menos mal que así fue ya que desde las 5:30 de la madrugada estuve viendo todo
lo que aconteció en directo desde la web de Nike, hasta las 8 de la mañana que
toco ir a dormir, como curiosidad lo vi en el baño del hotel Palacio de la
Magdalena, en Soto del Barco (Asturias), donde estuvimos del viernes al sábado
alojados Blanca y yo para pasar un sábado por la zona en compañía de amigos.
Fue un buen sábado y hoy volví a la competición para sufrir y penar pero eso será
otra historia que ya contaré en próximos días. No quedé último pero si
penúltimo y es que cuando el estado de forma brilla mucho por su ausencia,
tengo muchas papeletas para obtener esos resultados pero contento, eso sí.Aqui podeis ver la gesta repetida:
5 comentarios:
Buena entrada. Un abrazo.
Gracias Jose Maria, que menos para gente que busca inspirar a otros...
Un abrazo.
Las entradas en las que hablas de futuros ritmos ya me niego a opinar porque yo ya he dicho lo que pienso. Pero esta entrada me gusta y además la estaba esperando desde que leí la noticia, sabía que hablarías de este tema porque este experimento resume mucho de lo que defiendes, cuando hablas de que no seamos nosotros mismos los que nos pongamos límites. Para mí este experimento ha sido un éxito, se lee mucho por ahí que si la efecto drafting de la pantalla y que si bla, bla, bla pero es que el fin de este experimento no era homologar marca, el fin de este experimento era ver si era factible atacar las 2h primero en condiciones "controladas" y a mayor plazo en condiciones reales en un maratón. Y se ha visto que sí, que del 2020 al 2030 caen las 2h
Muy buenas Jose Maria, haces bien en no opinar sobre mi palabreria de lo que quiero conseguir en el futuro, es mejor opinar de lo que hago, no de lo que quiero hacer.
Como todo hay opiniones de todo tipo y efectivamente estan esos que hablan de las zapas y la plantilla de carbono, dicen tambien que si el marcador fue una buena barrera anti viento y que si dar el liquido y el alimento al corredor en bici, sin que el se moleste en parar para recogerlo influyeron, claro que todo eso influye pero aqui lo que se quiere comprobar es lo que dices, que se puede bajar de 2 horas y ha demostrado que se puede. Con demostraciones por parte del mismo Nike y adidas en el futuro, en estas condiciones, esta claro que el sub 2 horas caera incluso antes del 2020, de la forma tradicional tardara un poco mas, pero antes del 2025 de la forma tradicional podria caer tambien. Esta demostracion de Kipchoge a elevado mucho los animos y acelerado todo...
Un abrazo Jose¡¡¡ y corre, entrena, ponte en forma que quiero verte correr a 5 o menos de nuevo y luego lo cuentas.
Excelente este gran atleta.
Un ejemplo a seguir en muchos ámbitos...un ejemplo de humildad y de gran perseverancia...
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