La
magia hizo aparición en el tiempo, no en mis piernas. Los días
previos al finde no daba lluvia para el viernes por la tarde, sábado
y domingo y lluvia en varios días anteriores y varios días
posteriores, así que era como venga….ya que venís a vernos vamos
a parar la lluvia por vosotros, pura magia, porque no se disfruta
igual una ciudad con lluvia, que sin ella y ya no solo es que no
hubiera lluvia, sino que estaba soleado y sobraba el abrigo, por
momentos.
El
viernes, 25 de noviembre, salimos mi mujer, mi hija y yo a las 3 de la tarde rumbo a
San Sebastián, a unas decenas de kms de allí comenzó a llover
chiri miri de ese, pero justo al llegar a la ciudad, ya a las 6:45,
dejo de llover, pura magia, como digo y aparcamos en un parking cerca
de la casa, la cual tenía 3 habitaciones, dos baños, salón y
cocina, situada en zona céntrica, en pleno “Barrio de Salamanca
Donostiarra”, a 5 minutos andando de la salida de la carrera, muy
cerca a la Catedral, pero sin oir sus campanas, puro lujo. El parking
carete, 25 euros al día, es lo que hay en esta ciudad cara. Ya no
nos haría falta mover el coche de allí. Al poco rato llegarían
Tomas, mujer e hijo. Tomas correría la Media de San Sebastian, el
tío es disciplinado, tiene su entrenador personal y va mejorando con
paso firme, los 10 kms se le han quedado pequeños, es carne de
maratón, aunque aún no se lo plantea, paso a paso.
Salimos
a cenar unas tapas, por allí cerca, que si bacalao, que si tortilla
de patatas, que si croquetas, que si pimientos rellenos, que si
calamares, que si pulpo, un poco de todo y de postre arrocito con
leche, muy rico. De vuelta a casa me pegue un par de sprints de 50
metros, para fardar con los peques (aunque luego lleguemos sin
trofeos a casa….jajajajajaja) y echar unas risas con Tomás, cosas
del directo, uno que estaba bien de piernas. Luego charla en casa y a
dormir.


El
sábado, tras el desayuno de un vaso de batido de chocolate con una
napolitana de chocolate, fuimos Tomas y yo a por el dorsal y nos
encontramos allí, en la feria que estaba mucho mejor montada que
cuando fui en el 2014, mucho más profesional, a Abel Antón, que ya
conocía de otras veces, así que nos hicimos una foto con él, en
ese momento no estaba muy agobiado de gente y foto que salio, parecía
Papa Noel, todo el mundo queriendo posar con el. Olvidé pedirle el
sub 50, lástima...por eso no salió. Tras las fotos Tomás fue a por
su dorsal, yo pregunté si me dejaban inscribirme y nada, no fue
posible, ni yendo a las 8 de la noche, que cerraban, así que
definitivamente tocaría correr sin dorsal. Tras pillar el dorsal,
fotos con el km 21 y 10 y a buscar a las chicas, que salieron de casa
con los peques rumbo al parque de atracciones del Monte Igueldo.

Toco
encontrarnos con las chicas en pleno Paseo Marítimo de la playa de
La Concha, pues, como he dicho, iban al parque de atracciones que
data de 1912, del Monte Igueldo y yo creo que todas las atracciones
se mantienen igual que en esa fecha, con su encanto original. Los
peques se lo pasaron muy bien con el laberinto, la barca por el
sendero de agua, el trenecillo, en fin...lo típico y unas vistas
impresionantes desde el Monte Igueldo, al que subimos con el
funicular y los niños felices también con ello, ellos son felices
con todo, da gusto.
Luego
comimos por allí cerca otras croquetas y cada quien sus pintxos a
gusto de cada uno. Todo muy rico y esta vez sin postre. Después de
comer y sobremesa, las chicas se fueron con los peques a casa, que mi
hija andaba arrastrando un resfriado y estaba floja y el de Tomás
cansado y nosotros nos fuimos a una terraza, al Cafe de La Concha,
pegaditos al mar, en primera linea de la playa de la Concha, puro
lujo. Tomás se tomo su café y yo mi cola cao.
Luego
para casa y después nos fuimos a cenar unos pintxos a 10 minutos de
casa, por la zona típica. Yo le di a las anchoas, al arenque y al
erizo, poca cosa y luego al llegar a casa callo media palmera de
chocolate exquisita, que no existe en León, con batido de chocolate,
que habíamos comprado tras la comida. Después a casa, cartas,
charla y a dormir. Me acosté tarde, a eso de la 1.
A
las 7:25, del 27 de noviembre, me levante y ya estaba Tomás despierto (todos los demás
dormidos), me asee, me vestí y no desayune nada, charlamos un
ratillo sobre el plan de carrera y a las 7:58 salí de casa
tranquilamente, pues a las 8:20 comenzaba la carrera. A las 8:04
estaba en la zona de salida, apenas estaba a 500 metros de casa, puro
lujo. Muy buen ambiente, con música y mucha gente, mucho corredor,
unos 900 serian de la partida. Hice unos sprints, me vi bien de
piernas, suelto, no estaban nada pesadas. Teníamos unos 12-13
grados, yo salí en manga corta y pantalón corto, no hacia nada de
viento y no tenia frio. Pese a que se anunciaban vientos de 24 kms
hora, luego a la hora de la verdad, por suerte, no hubo viento, menos
mal.
A
falta de 5 minutos, me coloqué en el pelotón, lejos de la cola,
aunque no fue suficiente y tuve luego que andar adelantando bastante
gente por la acera. Música de Rocky y otras melodías de animación
y a las 8:20, salimos¡¡¡.
Antes
de la carrera mi idea era bajar de 50 minutos, pero seria la propia
carrera la que me daría el ritmo correcto. Los primeros cientos de
metros e incluso hasta el km 2, ( km 1 en 5:22, km 2 en 5:11) me
dedique a adelantar gente, yendo yo por la acera en algunos momentos
y una vez que mi ritmo y el de los de mi alrededor era el mismo,
apenas adelante gente, ya cerca del km 3, el ritmo mio y el de los de
mi alrededor, era el mismo y ya se podía correr bien, con amplios
huecos.

Los
primeros 2 kms y medio, tras salir de la Calle Hernani, pegada a esa
noria gigante nueva, transcurrieron por el Paseo Marítimo de la
Playa de La Concha hasta el Palacio Miramar y de ahí a volver por el
mismo Paseo Marítimo, hasta mitad del mismo, donde nos desviábamos
a la altura de la Plaza Zubieta para coger la Calle San Martín, aquí
ya tenia claro que hoy no era el día del sub 50, cosa que se
confirmó con el tercer km en 5:19. Las piernas y el cardio no
estaban para eso, así que tocaba hacer la mejor carrera posible del
día, el sub 55 viendo los parciales que iba marcando y mis
sensaciones, sabía que no se me escaparía. Hasta el km 3, seguímos
por la Calle San Martín y luego a la derecha tras unos cientos de
metros, la calle Easo, hasta la Plaza del Centenario, para después
tomar el Paseo de Errondo, hasta llegar a la Plaza de Portutxo,
rodearla y volver sobre nuestros pasos, en ese momento voy algo
forzado, pero el correr alegre y un ligero descenso me permiten
completar el km 4 en 5:04, adelanto a algunos que luego en la parte
final me adelantarían a mi. Cerca de esa plaza daban el
avituallamiento, pille agua, me eche un poco encima, por costumbre,
porque no hacia calor y bebí otro poco, sin perder el ritmo y el
resto la tiré, no tocaba empaparse, ni beber demasiada agua.
El
km 5 lo paso en 5:04, el correr alegre se mantiene aunque ya voy
notando las piernas vacías, como que les cuesta tirar, queda mucha
carrera y tocara ir incómodo buena parte de ella. Cerca del km 6,
pasamos a correr pegados al rio Urumea, mi ritmo sigue siendo fresco,
aunque empiezo a notar que me falta fuelle, no obstante hago un km 6
en 5:12, toco luchar por la falta de fuerza de las piernas, por no
perder el ritmo en exceso y así me mantuve en esos últimos 4 kms a
ritmos cercanos a 5:30 el km, (km 7: 5:27, km 8: 5:23, km 9: 5:31, km
10: 5:28 y un añadido, por cortesia del GPS de 220 metros en 5:07 el
km), mientras, tras dejar el rio, cruzábamos el Puente Kursaal, ese
que conecta el Hotel Maria Cristina y el Teatro Victoria Eugenia, con
el Palacio Kursaal, donde tiene lugar la entrega de premios del
festival de cine de San Sebastian.




Dejar
atrás el Puente Kursaal, supone acceder al Paseo Marítimo de la
Playa de Zurriola, donde estaba la meta, pero antes de llegar a la
meta había que irse por ese paseo hasta la Avenida Navarra, llegar a
una rotonda que había por allí y regresar, por aquí podría haber
hecho mi trampa del día y recortar otra vez kilómetro y medio, pero
no tocaba, esto hizo que el final se me hiciera bastante largo,
teniendo
en cuenta que la fuerza de mis piernas era justita desde el km 6, aún
así saqué algo de fuerzas para hacer unos últimos doscientos
metros a 5:07 y entre en meta con ese crono de 54:22, que en ese
momento me pareció excesivo y era el peor de los escenarios que me
había planteado. Estaba bajar de 50, de 52 y de 55. Lo de 58 lo dije
para quitarme presión.
Llegue
en el pto 448 de 860 llegados a meta y satisfecho, aunque no tanto
con el tiempo conseguido, que días después, uno lo valora más y
hasta lo ve como bastante bueno, pues aun recuerdo cuando bajar de 6
el km, costaba lo suyo.
Comparando mi rendimiento, en este 27 de noviembre del 2022, donde hice esos 54:22 en 10 kms en esta gran ciudad de San Sebastián, con el rendimiento del 30 de noviembre del 2014, donde completé en San Sebastián también, en un recorrido muy similar a este los 10 kms en 51:47. Vemos que este año no pude ir a tope, falló la fuerza en piernas, y ello hizo que hiciera 164 de pulsaciones medias y 176 de máximas, frente a las 176-184, del 30 de noviembre del 2014 en este mismo escenario. El peso que tenía en aquel momento fue de 86.2 kilos y entrenamiento similar al de ahora, que con 82 kilos, solo pude hacer esos 54:22. Me estaré haciendo mayor????, a saber....341 kms los tres meses antes de ese 2014 y este año salieron en los 3 meses antes (septiembre, octubre y noviembre), 354 kms. Menos kms del 2014, más peso y mejor rendimiento en ese 2014, con dos minutos y medio más rápido y más edad ahora, será la edad????....a saber...seguiremos observando. También es cierto, que no es lo mismo ir a 176 pulsaciones que a 164, pero aún así pesaba 4 kilos más en el 2014, así que igualando los tiempos, sigue habiendo una diferencia en peso, de 4 kilos, ahí es nada...toca seguir comparando y observando. En los meses venideros, sabré si el peso de los años, está ya lastrando mi rendimiento.
El GPS me dio 10,22 kms, con el Google Earth,
pude comprobar que se fue de vacaciones durante 220 metros. La
carrera estaba bien medida y daba sus 10 kms y punto, así que 54:22
para 10 kms da un ritmo de 5:26 el km. Esto es lo que toca mejorar.
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Al
final, no tuve ningún problema por correr sin dorsal, solo en los
últimos 200 metros, en mi sprint, tres jueces me dijeron que no
llevaba el dorsal, pero no hubo intención por parte de ellos de
sacarme de la carrera e incluso cuando acabe la misma, me dieron, sin
yo pedirla, la bolsa de corredor, con su sobre energético, su
manzana, agua, aquarius, cerveza sin alcohol, poca cosa, pero gratis
y una bolsa simpática de tela. Con mi bolsita me fui para la casa,
pero antes vi pasar a los de la Media y Maratón que corrían juntos
( en total 5000, 2000 la Media y 3000 la maratón o al revés). Tras
llegar a casa y ducharme, Carolina se iba con Hugo a ver a Tomás
entrar en meta, de su Media, así que les acompañé. La Media
comenzó a las 9 de la mañana, así que Tomás llegaría, según me
dijo, a las 10:40 más o menos y casi lo clavó. Nos dio tiempo de
ver como corrían los de la maratón y los de la Media que aún iban
juntos, yo de hecho me puse a correr en paralelo con el grupo de
maratón que quería terminar en 2h:45 y la verdad es que no me
pareció un ritmo tan exigente, teniendo en cuenta lógicamente que
solo hice 100 metros, no 42 kms, durante esos 100 metros, que para mi
eran a ritmo llevadero, charlé brevemente con uno de los
maratonianos, muy simpático y le di ánimos, mis piernas pese a la
pájara de los últimos 4 kms, tenían aún ganas de correr, curioso.
Mientras
llegaba Tomás fuimos a un Mac Donalds y me pille un mini bollito de
chocolate con batido de chocolate, de desayuno, de pie, mientras
esperábamos a Tomás que apareció a la hora ,casi, que dijo, a las
10:39, concretamente, un minuto antes. Carolina le tomo fotos y le
animamos en esos últimos metros, sus últimos 100 metros. Entro en
1h:38:58, tiempazo, para ser su primera Media, este está hecho para
las maratones y si se pone con intención a preparar los 10 kms,
seguro que baja de 40 minutos.
Tras
las fotos post carrera
y
que le grabaran la medalla, fuimos a casa, donde me esperaba mi mujer
y mi hija, que andaba con los ojillos un poco hinchados por el
resfriado que se le fue a ellos, pero bueno luego se arreglaron
conforme el día fue avanzando. Desayuné mi batido de chocolate, con
palmera y media, exquisita, de chocolate, que no existe en León,
donde su punto fuerte, por suerte para mi, no son las palmeras de
chocolate y luego cayeron unas 4 galletas de chocolate.
Tras
la ducha de Tomas y mi desayuno, nos fuimos a un parquecito que había
por allí cerca, con un carrusel y toboganes para los peques y
después un Paseo por la ciudad y las calles de los bares típicos y
a comer, comimos bastante bien, sentaditos en mesa, pescado rico,
ensalada y platillos típicos de la zona, no tocó postre. Tras la
comida,
un
paseito hasta el coche y a las 5:15 estábamos saliendo rumbo a León,
donde llegamos a las 9 de la noche. Se pondría a llover, según el
parte a las 8 de ese día, justo cuando nos fuimos. Dejó de llover
justo cuando llegamos y se puso a llover al irnos, alguien paro la
lluvia por nosotros, puro lujo, tampoco hizo viento y sí, en cambio,
días soleados con unos 14-15 grados, muy a gusto.
Un
gran fin de semana, donde fui a buscar marca personal del año y me
la traje de vuelta, además ya si que puedo decir que tengo el sub
55, sin que nadie me replique, que las replicas les encanta al
personal. Carrera llana, sin viento, ni lluvia, un gran sitio para
conseguir volar en 10 kms, lástima llegar corto de preparación y
pasado de kilos.
Fue
un gran fin de semana, en una muy buena casa, con amigos, familia,
buen tiempo, carreras y buena comida, no se puede pedir más y en una
de las ciudades más bonitas de España, puro lujo.
Estoy
ahora por peso y lo conseguido en San Sebastián, en mi mejor momento
de forma del año, toca ahora certificarlo con un sub 50 este mes,
algo que nadie ve posible, solo yo, algo a lo que ya estoy
acostumbrado, que me lleven la contraria.
Con
el sub 50 bajo el brazo, podré buscar, ya en enero, marca personal y
empezar así con fuerza el 2023.